Los ácaros son una subclase de arácnidos no visibles al ojo humano.
Son uno de los grupos más antiguos de animales terrestres.
Son especialmente abundantes en áreas costeras y, en general, en zonas húmedas.
El rango de temperatura para su reproducción es muy amplio (5º-30º C), aunque la temperatura óptima es de 25º C.
Los ácaros abundan, sobre todo, en lugares húmedos, de mucha vegetación así como, de forma habitual, en domicilios, especialmente en colchones, almohadas y alfombras.
¿Los ácaros producen alergia?
Los ácaros son inofensivos para el humano pero son sus residuos fecales los que poseen un gran poder alergénico.
El ciclo de crecimiento de un ácaro (de huevo a adulto) es de 25 días a 25º C, y la mayoría de ellos viven entre dos y tres meses, a lo largo de los cuales realizan una o dos puestas de huevos que suelen contener entre 20 y 40 unidades.
¿De que viven los ácaros?
Las ácaros con los que convivimos en las viviendas se denominan ácaros domésticos o del polvo de la casa.
Conviven con nosotros y se alimentan de las descamaciones dérmicas que perdemos nosotros o nuestros animales de compañía (en torno a 1 gramo diario).
¿En qué zonas de las casas más abundan los ácaros?
Los sofás, muebles blandos, peluches y sobre todo los colchones y almohadas constituyen un excelente micro hábitat para los ácaros ya que, dada la profundidad de su relleno, retienen mucha humedad, proporcionándoles los tres factores que necesitan para su óptimo desarrollo: calor (procedente de la transpiración del que duerme) y comida (escamas de piel humana).
El calor y la transpiración que se producen en colchones y almohadas al dormir producen un aumento en su temperatura que alcanza 25º-30º C, y su humedad relativa se incrementa en un 5-8%.
De ese modo, los ácaros encuentran unas condiciones favorables de desarrollo.
¿Cuál es la causa de la alergia a los ácaros?
Los sofás, muebles blandos, peluches y sobre todo los colchones y almohadas constituyen un excelente micro hábitat para los ácaros ya que, dada la profundidad de su relleno, retienen mucha humedad, proporcionándoles los tres factores que necesitan para su óptimo desarrollo: calor (procedente de la transpiración del que duerme) y comida (escamas de piel humana).
El calor y la transpiración que se producen en colchones y almohadas al dormir producen un aumento en su temperatura que alcanza 25º-30º C, y su humedad relativa se incrementa en un 5-8%.
De ese modo, los ácaros encuentran unas condiciones favorables de desarrollo.
¿Se puede prevenir la alergia a los ácaros?
Los ácaros son habitantes naturales de nuestro entorno doméstico y su presencia no significa una falta de limpieza del hogar.
La higienización regular de sus hábitats naturales (principalmente colchones, almohadas y sofás) mediante la extracción controlada de ácaros y sus heces junto con la neutralización de su capacidad reproductora ayudará a minimizar su impacto sobre las personas, especialmente a las más sensibles.
¿Qué medidas son eficaces?
- Eliminar del dormitorio las alfombras y todos los objetos que acumulen polvo.
- Exponer colchones y almohadas al sol durante 30 minutos 2 o 3 veces al año.
- Lavar con agua caliente (a más de 50º C) al menos una vez a la semana las sábanas y las mantas.
- Aspirar colchones y almohadas durante 10 minutos una vez al mes (o de forma más espaciada, según necesidad) con un aspirador potente para aspirar en profundidad en el interior y dotado de filtros que retengan los ácaros ya que, de no tener los filtros adecuados, por su tamaño, al aspirarlos los reenviamos al ambiente.
Es en este último apartado es donde colaboramos de forma eficaz en la reducción de ácaros mediante potentes aspiradores con filtros adecuados y la neutralización de sus capacidades reproductivas mediante lámparas de rayos UV-C.
Con la potencia del aspirador doméstico no se consigue la profundidad de absorción ni de filtrado que conseguimos con un sistema profesional.